Jack Diamond es un conocido y chulo traficante de drogas de máximo calibre. En una de sus fiestas caóticas se llega a una brutal violación por parte de un corrompido oficial de policía. El detective McBane, conociendo las conexiones de Diamond, no tiene ninguna posibilidad de intervenir en este acto brutal. Pero cuando una segunda chica, la actriz Lisa Robb, también es violada, ya puede entrar en acción, encontrando sólidas pruebas contra Diamond y su pandilla.

Una joven de la ciudad, que es atacada por una banda de criminales, se transforma en una guerrera implacable para luchar contra la injusticia en un entorno rural hostil.

John Connor estaba cansado. Cansado de ver morir a otros hombres. Cansado, sobre todo, de sí mismo. Él había matado con demasiada frecuencia. Él era un número uno. Pero ahora, quería abandonar. Retirarse a su tierra natal, Irlanda, y dejar a un lado sus armas asesinas. Sólo que, había un problema. Para llevar a cabo su abandono, tendría que contar con McNeal. McNeal le contrataba normalmente para matar, y ahora, no podría fácilmente deshacerse de él, Connor y McNeal, frente a frente, tendrían que decidir cual de los dos quedaría finalmente en pie.

Tras encontrar a su hermano asesinado después de regresar del servicio, Webster busca a los autores, pero descubre una conspiración que cala hondo dentro del gobierno de Estados Unidos.

En 1992, días antes de conocerse el veredicto del caso Rodney King -contra 4 agentes de policía blancos- y los posteriores disturbios en Los Ángeles, dos oficiales de policía son asignados a la investigación de un caso de cuádruple homicidio con componentes raciales. Los agentes son el detective veterano Eldon Perry (Kurt Russell) y el novato Bobby Keough (Scott Speedman). Navegando por las vecindades tumultuosas de la ciudad, Perry y Keough deben detectar a asesinos de sangre fría y afrontar a sus propios demonios, que demuestran ser más despiadados que los criminales que ellos persiguen.